La otoplastia es la cirugía para reposicionar las orejas “en soplillo”.
Se pueden realizar a partir de los 4 años una vez las orejas del niño han crecido definitivamente, y así evitar los posibles problemas en el ámbito escolar que se pudieran producir.
Suele durar entre 1 y 2 horas. Generalmente se realiza una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja para exponer el cartílago auricular. Éste se esculpe y remodela; se pueden emplear puntos internos para mantener la nueva forma.
En ocasiones, puede ser necesario extirpar una parte del cartílago para obtener una oreja más natural. La cicatriz resultante se disimula tras la oreja.
Al finalizar la cirugía se coloca un vendaje compresivo en la cabeza. Las orejas pueden doler un poco los primeros días, que se alivia con medicación. En pocos días se cambia el vendaje por uno más ligero parecido a una cinta de pelo.
Es importante usar el vendaje, sobre todo por la noche. Debe evitarse durante el primer mes cualquier actividad en la que puedan doblarse las orejas.
Generalmente los adultos vuelven al trabajo a los 5 días de la cirugía mientras que los niños vuelven al colegio en unos 7 días.